Lo más divertido de tener un BMW clásico es cuando llega el momento de conducirlo. Se abre la puerta del auto y es inevitable sentir el aroma que brota del interior, ese olor característico de los clásicos que recibe invariablemente a su piloto. Se acomoda en la silla, cuadra los espejos y enciende el motor. Llega el momento de rodar. Montado en un vehículo que puede llegar a tener fácilmente más de 30 años de antigüedad surgen varias dudas y preocupaciones. Algunos buscan proteger la máquina y deciden conducir pausadamente, otros optan por llevarla a sus límites para disfrutar de la adrenalina. Es por lo anterior que el presente artículo pretende darle al propietario de un BMW clásico una idea de cómo conducir su auto para poder disfrutarlo y mantenerlo en óptimas condiciones.
Los motores tienen una curva de potencia y otra de torque, de acuerdo a la cual se desarrolla el consumo de combustible. Cuando se conduce muy despacio, aunque el consumo de gasolina es mínimo, se está desaprovechando el potencial del motor y se está utilizando más combustible del requerido para mover el auto tan lentamente. Si por el contrario se conduce con un régimen de aceleración muy alto, va llegar el momento en el que sin importar cuánta gasolina consuma ni cuánto oprima el acelerador, el carro no va a avanzar más rápido. Lo que debe buscarse al conducir es encontrar el momento de eficiencia del motor. Éste es básicamente el momento en el que el auto consume el combustible necesario, ni más ni menos, para ir a una velocidad requerida. Acelerar por encima del momento de eficiencia equivale a incrementar el consumo de gasolina. Acelerar por debajo del momento de eficiencia es desaprovechar ir más rápido con el combustible que se está consumiendo.
Lo primero que debe hacer antes que nada es conocer bien su carro, pues los momentos de eficiencia de los motores varía en cada modelo. Por ejemplo en un E36 325i éste llega entre las 2.800 y las 3.200 rpm en cada cambio. Por su parte en un E30 325i el momento de eficiencia llega entre las 2.400 y 2.800 rpm en cada cambio. Estas curvas se pueden consultar en la ficha técnica del vehículo y corresponden al rango donde el torque es el máximo. Conducir el carro con las rpm lo más cercanas al torque máximo es el punto óptimo de rendimiento y así mismo de eficiencia de cada motor. Pero entonces, ¿hasta cuántas revoluciones se recomienda subir el auto? Depende completamente de las circunstancias. Si la ruta es de acenso es necesario incrementar las revoluciones del motor para que haya una buena respuesta del vehículo. Lo anterior implica un sobrepaso del momento de eficiencia y así mismo un incremento en el consumo de combustible. Si de manera contraria la ruta va en descenso y la decisión es compresionar por medio de un frenado con caja, el motor también se revoluciona un poco más. En este caso el consumo de combustible es mínimo. A partir de la carrocería E30 la fábrica puso a mano de los conductores una herramienta novedosa para obtener un consumo lo más bajo posible de combustible. Esta herramienta fue el económetro que fue incorporado en la parte de abajo del tacómetro. Es un medidor que determina el punto más óptimo de consumo frente a lo que se presiona el acelerador.
El tema puede parecer complejo pero realmente es muy sencillo y puede aclararse con unos ejemplos. En ciudad es apropiado conducir un E21 323i entre 2.000 y 2.500 rpm aunque parezca poco. Lo anterior para ahorrar combustible y ser responsable ambientalmente. Bajar de allí ya podría ser contraproducente, pues estar por debajo de las 2.000 rpm de manera permanente puede generar depósitos de carbón en el motor. En carretera el mismo E21 es bueno llevarlo entre las 4.000 y 4.500 rpm para descontaminar los pistones, incluso hasta 5.000 rpm para descarbonatar, que es el momento cuando el exhosto deja de expulsar humo negro. Surge otra duda entonces, ¿qué es ese humo negro? Al conducir muy despacio la gasolina que no se quema se empieza a adherir a la cabeza de los pistones. Al salir a carretera y acelerar más de lo habitual incrementa la temperatura del motor desprendiendo así el combustible adherido que sale expulsado por el exhosto como humo negro. El humo negro también puede ser un síntoma de que el carro está mal sincronizado y puede estar inyectando demasiado combustible.
Si la idea es disfrutar al máximo el motor incluso en pista, también puede hacerse. La idea es que no sea algo que se realice regularmente, para ello lo ideal sería hacer una serie de modificaciones pero en este caso la idea es hablar de los carros originales. De vez en cuando se puede acelerar al punto de llegar a las 6.500 rpm, ojalá haciéndolo en los primeros tres cambios, no pasa nada. Sin embargo, es importante recordar que estos autos traen consigo un limitador que corta la inyección de combustible cuando llega al punto máximo de rpm.
Para lograr todo lo anterior el mantenimiento del carro debe ser muy cuidadoso. Es importante que haya un buen aceite además de un filtro original para que aguante la presión. La marca recomendada para los filtros es MANN, aunque también pueden utilizarse los Mahle o los Leverförd. En cuanto al aceite la recomendación es comprarlo en un lugar de confianza, pues es habitual encontrar falsificaciones de aceite al granel. Los aceites sintéticos funcionan muy bien pero hay que tener cuidado si se realiza el cambio desde aceite mineral, pues pueden presentarse fugas. Por lo anterior no es recomendable hacer este cambio a sintético si el motor tiene desgaste. Ya que de lo anterior depende la vida del motor, lo ideal sería realizar los cambios de aceite cada 5.000 kilómetros teniendo en cuenta el polvo y los trancones de la capital.
Un BMW clásico es para disfrutarlo. No tenga miedo de exigirle al motor, pues estos autos fueron diseñados para trabajar en altas revoluciones. Acelerar con confianza no hace daño y ayuda a desintoxicar la máquina. ¡A rodar!
Juan Felipe Reina Munévar.