Me lo encontré hoy...
Navegando por Internet, encontré este artículo en un foro, ya que estaba buscando información para mi proyecto de restaurar una dodge que por razones económicas está en stand by. La verdad que me sentí identificado (estoy por la etapa 2); quería compartirlo con ustedes y espero que les guste...
Las Ocho Etapas de la Restauración
Etapa Uno: La Inspiración
Esta etapa tiene lugar cuando de repente decides, sin ningún motivo racional, que necesitas tener un coche en concreto.
Puedes haberlo visto en una foto en una revista, en un anuncio, un coche descolorido aparcado en la calle o que te surja la inspiración en una conversación en un bar tras dos jarras de cerveza negra (con la cerveza rubia no funciona)
Alguna personas en este estado de sobriedad lo que harían sería atacar el Reichstag, pero tu no. Tu decides que lo que realmente necesitas es un Porsche 356B que lleva aparcado debajo de un árbol 9 años.
Mi amigo John entró en esta primera etapa el fin de semana pasado. Me llamó desde California para decirme que se acaba de comprar un Triumph TR6 por 900 dólares. Al parecer estaba bién de chapa, mal de interiores y no arrancaba. Corrí a buscar de entre mis libros el “Triumph TR5/250 y TR6” de Steven Rossi y Ian Clarke y comencé a ojear las fotos.
John y yo estuvimos hablando hasta entrada la media noche sobre las virtudes del TR6, y en ese momento me di cuenta de que yo también tenía que comprarme uno. Solamente la restauración inacabada de mi Lotus me distraía de este nuevo Grial que planeaba ante mis ojos irradiando luz divina.
Etapa Dos: La caza
Esta etapa tiene lugar cuando comienzas a buscar por internet. En esta etapa también comunicas en todo tipo de reuniones, conversaciones de amigos, etc.. que estás buscando un coche hasta que alguien te dice: “¡Eh!, ¡que casualidad!, ¿mi cuñado tiene uno de esos!. Tiene el motor rajado y mi hermana le ha dicho que si no lo saca del garaje le mata”
La caza continúa con mas o menos intensidad hasta que tu paciencia se ve recompensada y te compras el peor coche que podías haber encontrado
Etapa Tres: La llegada a casa
Esta es la etapa en la que estás mas contento de todas. Has traído el coche a casa con la ayuda de unos amigos Te preparas una jarra de cerveza y llega el momento de pasarse toda la noche sentado admirando la linea y la verdadera magnitud del problema que te va a suponer ese Porsche 914 con la caja de la batería podrida.
El trabajo que haces esa noche en el coche realmente no es muy productivo: le pasas el aspirador a las moquetas (y encuentras una colección de clips, papeles, bolígrafos y monedas), y sacas el 8 pistas que aún conserva el coche.
Los auténticos entusiastas de los coches, aún siguen eufóricos durante esta fase, y no sólo por el alcohol. Es el tintineo de la dicha que dura hasta que te das de bruces con la realidad.
Es entonces cuando llega el momento de las mentiras. Tu y tus amigos decís cosas como: “No creo que las llantas estén dobladas, seguro que sólo hay que hacer un equilibrado” El resto de la gente te dice que no con la cabeza y tu te bebes otra cerveza para quitarte los sudores fríos.
Etapa Cuatro: El desmontaje y el camino a la amnesia
La mayoría de las veces es una especie de versión adulta de vandalismo infantil. Esta etapa tiene lugar cuando comienzas a desmontar el coche de un modo impulsivo e imprudente.
Sabes que deberías sacar el mayor número de fotos detalladas y notas de donde va cada cosa, pero te lo estás pasando demasiado bien como para parar. “Seguro que me acordaré de como va montado el motor del limpiaparabrisas” te dices a ti mismo, o : “Seguro que el manual de taller tiene un dibujo detallado de como van montadas las bisagras de las puertas y las juntas, así que lo dejaré todo en el suelo”
Etapa Cinco: Los años del chorro de arena
Esta etapa es en la que todas esas “líneas de expresión” de tu cara hacen su aparición. Es cuando se hace la mayor parte del trabajo. Es una Época Oscura: plagas, desesperación, pobreza, mazmorras, antorchas y primitivos experimentos médicos mediante sangrías.
Tus manos están permanentemente arañadas, y aunque conservas todas las huellas dactilares, las tienes borradas de tratar de limpiar las cabezas de tornillos viejos.
Apestas a antióxido y líquidos limpia-piezas.
Cuando intentas ir a comprar cosas a altas horas de la madrugada, tu esposa se despierta para decirte que te quites la ropa, la metas en la lavadora inmediatamente y que después te duches.
En esta fase es también cuando el dinero que nunca te habrías gastado en una tele nueva de plasma, ha desaparecido tras haber llevado a cromar los tiradores de las puertas.
En este momento es cuando la mayoría comenzamos a pedir al cielo que un meteorito caiga directamente sobre la tienda de recambios, a ser posible, cuando nosotros estemos en casa riéndonos mientras miramos el extracto de la Visa.
Etapa Seis: Ordenando el caos
Esta es la etapa que ya había mencionado, y es cuando recuerdas que las piezas del coche son mucho más eficientes si están formando parte del mismo en lugar de diseminadas por el garaje.
Etapa Siete: La resurrección
Curiosamente, me encontré a mi mismo entrando en esta etapa la noche anterior, procendete de la Etapa 6, cuando terminaba de montar el parabrisas delantero de mi Lotus Elan. De repente, tuve que mirar el coche de nuevo. Me senté en una silla baja (con una atractiva tapicería de tela escocesa) en el medio de mi garaje y me di cuenta que desde ese ángulo no parecía que el coche no estuviera completo y listo para rodar. Tenía llantas nuevas, recién pintadas y con neumáticos nuevos; la carrocería, pintada de color verde brillaba, y las manecillas de las puertas estaban en su sitio. A no ser que me levantase a mirar el aún destripado interior o me preguntase porque no se veía el volante a través del parabrisas, parecería un coche completo. Hasta esa noche, casi me había olvidado de que el Lotus Elan fué concebido como un objeto para que la gente diese vueltas alrededor de el, y tras tres años comencé a pensar en él como en un lugar de trabajo permanente, como una mina de carbón. Me había olvidado del momento en que sales a la superficie de la verde tierra y disfrutas de la luz del sol.
Aún tenía un montón de cosas que hacer para que esta etapa estuviera completa. Montar la columna de dirección y el salpicadero, terminar la instalación eléctrica, tapizar el interior, alinear las ruedas.. etc... Y el paso final es arrancar el motor para ver como va (si es que arranca), y pasarse horas ajustándolo hasta conseguir que el coche “vaya fino”
Etapa Ocho: Conducir el coche y perder gradualmente la cabeza
En esta etapa, finalmente consigues conducir el coche e ir a sitios, saboreando el fruto de tu trabajo. Puedes hacer excursiones, visitar amigos, ir a concentraciones de coches o, simplemente, disfrutar de largas noches de verano conduciendo descapotado.
Hay gente que en esta etapa están contentos para siempre con ese coche que han restaurado con toda su dedicación, y se sienten como si hubiesen llegado a una especie de destino místico. El trabajo está hecho y cuelgan sus herramientas.
Otros, sin embargo, se toman un descanso. Necesitan un nuevo proyecto - siempre los proyectos-. Una vez que los cortes de las manos han cicatrizado, se plantan en el garaje y reflexionan junto al coche recién terminado. Las herramientas no están a la vista y no se escucha el sonido de la radial. La ausencia de ruidos, chispas y palabrotas son inquietantes. Tampoco se escucha el rugir del camión de UPS al final de la calle. Es espeluznante.
Entonces, una noche reciben la llamada de un amigo descerebrado que les cuenta que se acaba de comprar un TR6 por 900 dolares y sacan de nuevo sus libros de TR6 y se preguntan si quizás su misión en esta vida aún no ha terminado.
Fuente: http://www.bmwfaq.com/f12/las-8-etapas-de-la-restauracion-537407/
Pradatalk
Navegando por Internet, encontré este artículo en un foro, ya que estaba buscando información para mi proyecto de restaurar una dodge que por razones económicas está en stand by. La verdad que me sentí identificado (estoy por la etapa 2); quería compartirlo con ustedes y espero que les guste...
Las Ocho Etapas de la Restauración
Etapa Uno: La Inspiración
Esta etapa tiene lugar cuando de repente decides, sin ningún motivo racional, que necesitas tener un coche en concreto.
Puedes haberlo visto en una foto en una revista, en un anuncio, un coche descolorido aparcado en la calle o que te surja la inspiración en una conversación en un bar tras dos jarras de cerveza negra (con la cerveza rubia no funciona)
Alguna personas en este estado de sobriedad lo que harían sería atacar el Reichstag, pero tu no. Tu decides que lo que realmente necesitas es un Porsche 356B que lleva aparcado debajo de un árbol 9 años.
Mi amigo John entró en esta primera etapa el fin de semana pasado. Me llamó desde California para decirme que se acaba de comprar un Triumph TR6 por 900 dólares. Al parecer estaba bién de chapa, mal de interiores y no arrancaba. Corrí a buscar de entre mis libros el “Triumph TR5/250 y TR6” de Steven Rossi y Ian Clarke y comencé a ojear las fotos.
John y yo estuvimos hablando hasta entrada la media noche sobre las virtudes del TR6, y en ese momento me di cuenta de que yo también tenía que comprarme uno. Solamente la restauración inacabada de mi Lotus me distraía de este nuevo Grial que planeaba ante mis ojos irradiando luz divina.
Etapa Dos: La caza
Esta etapa tiene lugar cuando comienzas a buscar por internet. En esta etapa también comunicas en todo tipo de reuniones, conversaciones de amigos, etc.. que estás buscando un coche hasta que alguien te dice: “¡Eh!, ¡que casualidad!, ¿mi cuñado tiene uno de esos!. Tiene el motor rajado y mi hermana le ha dicho que si no lo saca del garaje le mata”
La caza continúa con mas o menos intensidad hasta que tu paciencia se ve recompensada y te compras el peor coche que podías haber encontrado
Etapa Tres: La llegada a casa
Esta es la etapa en la que estás mas contento de todas. Has traído el coche a casa con la ayuda de unos amigos Te preparas una jarra de cerveza y llega el momento de pasarse toda la noche sentado admirando la linea y la verdadera magnitud del problema que te va a suponer ese Porsche 914 con la caja de la batería podrida.
El trabajo que haces esa noche en el coche realmente no es muy productivo: le pasas el aspirador a las moquetas (y encuentras una colección de clips, papeles, bolígrafos y monedas), y sacas el 8 pistas que aún conserva el coche.
Los auténticos entusiastas de los coches, aún siguen eufóricos durante esta fase, y no sólo por el alcohol. Es el tintineo de la dicha que dura hasta que te das de bruces con la realidad.
Es entonces cuando llega el momento de las mentiras. Tu y tus amigos decís cosas como: “No creo que las llantas estén dobladas, seguro que sólo hay que hacer un equilibrado” El resto de la gente te dice que no con la cabeza y tu te bebes otra cerveza para quitarte los sudores fríos.
Etapa Cuatro: El desmontaje y el camino a la amnesia
La mayoría de las veces es una especie de versión adulta de vandalismo infantil. Esta etapa tiene lugar cuando comienzas a desmontar el coche de un modo impulsivo e imprudente.
Sabes que deberías sacar el mayor número de fotos detalladas y notas de donde va cada cosa, pero te lo estás pasando demasiado bien como para parar. “Seguro que me acordaré de como va montado el motor del limpiaparabrisas” te dices a ti mismo, o : “Seguro que el manual de taller tiene un dibujo detallado de como van montadas las bisagras de las puertas y las juntas, así que lo dejaré todo en el suelo”
Etapa Cinco: Los años del chorro de arena
Esta etapa es en la que todas esas “líneas de expresión” de tu cara hacen su aparición. Es cuando se hace la mayor parte del trabajo. Es una Época Oscura: plagas, desesperación, pobreza, mazmorras, antorchas y primitivos experimentos médicos mediante sangrías.
Tus manos están permanentemente arañadas, y aunque conservas todas las huellas dactilares, las tienes borradas de tratar de limpiar las cabezas de tornillos viejos.
Apestas a antióxido y líquidos limpia-piezas.
Cuando intentas ir a comprar cosas a altas horas de la madrugada, tu esposa se despierta para decirte que te quites la ropa, la metas en la lavadora inmediatamente y que después te duches.
En esta fase es también cuando el dinero que nunca te habrías gastado en una tele nueva de plasma, ha desaparecido tras haber llevado a cromar los tiradores de las puertas.
En este momento es cuando la mayoría comenzamos a pedir al cielo que un meteorito caiga directamente sobre la tienda de recambios, a ser posible, cuando nosotros estemos en casa riéndonos mientras miramos el extracto de la Visa.
Etapa Seis: Ordenando el caos
Esta es la etapa que ya había mencionado, y es cuando recuerdas que las piezas del coche son mucho más eficientes si están formando parte del mismo en lugar de diseminadas por el garaje.
Etapa Siete: La resurrección
Curiosamente, me encontré a mi mismo entrando en esta etapa la noche anterior, procendete de la Etapa 6, cuando terminaba de montar el parabrisas delantero de mi Lotus Elan. De repente, tuve que mirar el coche de nuevo. Me senté en una silla baja (con una atractiva tapicería de tela escocesa) en el medio de mi garaje y me di cuenta que desde ese ángulo no parecía que el coche no estuviera completo y listo para rodar. Tenía llantas nuevas, recién pintadas y con neumáticos nuevos; la carrocería, pintada de color verde brillaba, y las manecillas de las puertas estaban en su sitio. A no ser que me levantase a mirar el aún destripado interior o me preguntase porque no se veía el volante a través del parabrisas, parecería un coche completo. Hasta esa noche, casi me había olvidado de que el Lotus Elan fué concebido como un objeto para que la gente diese vueltas alrededor de el, y tras tres años comencé a pensar en él como en un lugar de trabajo permanente, como una mina de carbón. Me había olvidado del momento en que sales a la superficie de la verde tierra y disfrutas de la luz del sol.
Aún tenía un montón de cosas que hacer para que esta etapa estuviera completa. Montar la columna de dirección y el salpicadero, terminar la instalación eléctrica, tapizar el interior, alinear las ruedas.. etc... Y el paso final es arrancar el motor para ver como va (si es que arranca), y pasarse horas ajustándolo hasta conseguir que el coche “vaya fino”
Etapa Ocho: Conducir el coche y perder gradualmente la cabeza
En esta etapa, finalmente consigues conducir el coche e ir a sitios, saboreando el fruto de tu trabajo. Puedes hacer excursiones, visitar amigos, ir a concentraciones de coches o, simplemente, disfrutar de largas noches de verano conduciendo descapotado.
Hay gente que en esta etapa están contentos para siempre con ese coche que han restaurado con toda su dedicación, y se sienten como si hubiesen llegado a una especie de destino místico. El trabajo está hecho y cuelgan sus herramientas.
Otros, sin embargo, se toman un descanso. Necesitan un nuevo proyecto - siempre los proyectos-. Una vez que los cortes de las manos han cicatrizado, se plantan en el garaje y reflexionan junto al coche recién terminado. Las herramientas no están a la vista y no se escucha el sonido de la radial. La ausencia de ruidos, chispas y palabrotas son inquietantes. Tampoco se escucha el rugir del camión de UPS al final de la calle. Es espeluznante.
Entonces, una noche reciben la llamada de un amigo descerebrado que les cuenta que se acaba de comprar un TR6 por 900 dolares y sacan de nuevo sus libros de TR6 y se preguntan si quizás su misión en esta vida aún no ha terminado.
Fuente: http://www.bmwfaq.com/f12/las-8-etapas-de-la-restauracion-537407/
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