Cuando miramos los ojos de nuestros hijos siempre queremos compartir las experiencias y las cosas que nos gustaban. Desde comprar un extralandia hasta tener el auto que siempre quisimos. Y nos metemos tanto en el cuento que al momento de compartir esos gustos nos encontramos con la similitud de temas, que en algunos casos nuestros hijos se vuelven expertos y maestros. Este es nuestro juguete donde un viaje por la ciudad es el mejor placer de nuestras vidas y un trancón es el mejor lugar para que las personas que están en nuestro alrededor nos miren con una sonrisa de oreja a oreja, donde un viaje por la sabana se vuelve la mejor experiencia cuando otro BMW te enciende las luces y te pita para saludarte. Son momentos que no tiene palabras describir la emoción y ver en los ojos de nuestros hijos la alegría de que algo tan sencillo pueda ser tan importante y revelador en sus vidas
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